
Hacer control financiero es la diferencia entre liderar un proyecto… o arriesgar una empresa.
En el sector inmobiliario, muchas empresas aún no comprenden que un proyecto no es solo una obra arquitectónica: es, ante todo, un negocio de inversión, con riesgos financieros reales y, sobre todo, controlables. Aquí es donde muchos líderes pierden de vista su verdadero propósito: generar valor sostenido para inversionistas y stakeholders.